En la década de 1930, Ole Kirk Christiansen, carpintero danés, colgó en su pared un letrero de madera con la inscripción «Solo lo mejor es lo suficientemente bueno». Hoy, Christiansen es conocido por ser el inventor de Lego, los bloques de plástico amados por niños de todo el mundo. Sin embargo, en los comienzos de la empresa, su producto estrella era un pato de madera construido conforme a las especificaciones más exigentes con madera de haya envejecida y tres capas de barniz. Un día, Christiansen usó este pato para enseñar a su hijo Godtfred Kirk una importante lección sobre la calidad:
Una tarde, al volver a la oficina le dije a mi padre: «Ha sido un buen día, papá. Hemos ganado un poco más de dinero». «¿Qué quieres decir?» me respondió. «Acabo de llevar dos cajas de patos para la Danish Co op. Normalmente usamos tres capas de barniz, pero como el pedido era para una cooperativa, solo usamos dos. y ahorramos un poco de dinero». Él me miró consternado y me dijo: «Godtfred, busca esos patos y dales otra capa de barniz. No te irás a la cama hasta que lo hayas hecho personalmente». Con mi padre no había discusión posible. Ese día aprendí el significado de la calidad.
Hoy, los estándares de calidad de Lego son legendarios y sus juguetes son los más populares del mundo.
Sabemos que el éxito de su compañía se basa en su insistencia en la calidad, la eficacia y la innovación. Cuando comparo sus prácticas con nuestros procedimientos de gobernanza y rendición de cuentas en Rotary, reconozco que a veces no alcanzamos estas expectativas.
Los líderes de RI, sus zonas, distritos y clubes deben proceder conforme a los máximos estándares de gobernanza. El presidente y los directores de RI deben servir a los socios de manera provechosa; los líderes de zona deben responder a la inversión que Rotary realizó en su capacitación; los líderes de distrito deben asistir a sus clubes, poner énfasis en la transparencia y presentar a tiempo sus informes financieros; y los líderes de club deben proporcionar a la organización los informes requeridos y adoptar la plataforma Rotary Club Central.
Tal como Christiansen se negó a entregar un producto de inferior calidad a uno de sus clientes, nosotros debemos exigirnos siempre lo mejor de nosotros mismos, tanto en nuestras vidas profesionales, como en nuestra labor rotaria.
En Rotary nuestro producto no son los patos de madera ni los bloques de colores, sino la educación, el agua, la salud, la paz, la esperanza y la propia vida. Para esta labor no valen medias tintas. Les animo a tener esto presente en todo momento y a dar lo mejor de sí para Enriquece el mundo.
Fuente: https://www.rotary.org/myrotary/es/news-media/office-president/presidential-message