La realidad del tráfico humano

A los 17 años, Jennifer se veía obligada a dormir en las calles de Atlanta.

Sujeta a maltratos y abuso sexual por parte de sus hermanos y expulsada de su hogar, Jennifer, cuyo verdadero nombre no se divulga para proteger su privacidad, en poco tiempo cayó presa del tráfico sexual durante dos años. Fue entonces que descubrió el albergue de Covenant House.

«Los estudios indican que los jóvenes que se quedan en la calle, en las primeras 48 horas terminan víctimas de alguna forma de explotación, generalmente tráfico sexual», afirma Allison Ashe, directora ejecutiva de Covenant House Georgia, uno de los 22 centros con los que cuenta esta organización, que funciona en EE.UU, Canadá, México y otros países latinoamericanos. Este proceso es muy rápido y a menudo los jóvenes que acuden a nosotros ya han sido explotados. Nuestra labor es ayudarlos a que se recuperen y construyan su propio futuro».

Para contribuir al bienestar de los jóvenes, el Club Rotario de Atlanta ha lanzado una campaña, a fin de recaudar US$ 4,1 millones para la ampliación de Covenant House, el único centro de crisis local para jóvenes sin hogar. Al comienzo de la campaña, hace dos años, la residencia contaba con solo 15 camas y dos baños, 10 jóvenes dormían sobre alfombras y había una larga lista de espera.

En junio, el albergue se mudó a su nuevo campus, un centro de crisis con 45 camas y varios anexos que funcionan como viviendas independientes. El centro incluye también una sala de arteterapia, una biblioteca, una clínica y espacio para actividades recreativas.

«Esto más que un albergue parece un campus universitario”, afirma Ashe. “Los chicos vienen a sanar, aprender, crecer y avanzar hacia el futuro».

Clark Dean dice que su club tomó interés en el tema tras una reunión en la cual la oradora invitada, Sally Yates, procuradora general de EE.UU., indicó que Atlanta es un importante centro del tráfico sexual de menores.

La presentación de Yates, «fue un toque de atención», afirma Dean. «Queríamos actuar de inmediato y, afortunadamente, tenemos socios que pueden lograr muchas cosas».

A los socios del Club Rotario de Atlanta no les faltan contactos. Por ejemplo: Dean, ejecutivo de bienes raíces, consiguió a buen precio el nuevo local. El club de básquetbol Atlanta Hawks, cuyo presidente está afiliado al club, aportó entradas y otros artículos para una subasta , y Tad Hutcheson, ejecutivo de Delta Airlines, organizó un grupo de más de 100 voluntarios que participaron en la limpieza y renovación del nuevo campus. Delta también contribuyó US$ 100.000 a la campaña. Los rotarios de Atlanta ya llevan recaudados
US$ 3,6 millones de cara a su meta de captación de fondos.

Asimismo, la campaña servirá para ampliar los servicios de orientación. El centro cuenta con un programa de salud mental general, atendido por especialistas en abuso sexual, consumo de sustancias tóxicas y adicciones y ofrece un programa de educación para que los jóvenes retomen sus estudios secundarios si tienen la edad reglamentaria, o ayudar a los demás a prepararse para obtener el certificado de estudios generales, como Jennifer. Los residentes también tienen oportunidad de aprender un oficio, redactar su currículo y conseguir trabajo en los negocios de la ciudad.

En noviembre, los rotarios de Atlanta tomaron parte en Executive Sleep Out, evento en el cual varios líderes empresariales visitaron el centro, se reunieron con los chicos y pasaron la noche a la intemperie para solidarizarse con ellos.

Ashe no se esperaba tanto apoyo por parte de Rotary.

«Gracias al trabajo de los voluntarios nos costó muy poco reparar las instalaciones», afirma Ashe. «La ayuda de Rotary demuestra la extraordinaria capacidad de una comunidad de líderes en torno a una causa común».

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