Gracias a las suaves brisas y las calmas aguas del Pacífico, Seung Jin Kim pudo saltar de su velero, el Arapani, para nadar unos minutos con los delfines. La serenidad de ese momento en que se encontraba navegando cerca del ecuador contrasta con los vientos de 95 kilómetros por hora y las olas de siete metros de altura a las que se enfrentó al rodear el Cabo de Hornos, el extremo meridional de Sudamérica. Sin embargo, Kim, experimentado navegante y socio del Club Rotario de Seokmun, Chungcheongnam (Corea), conocía las dificultades a las que se enfrentaría cuando el pasado octubre se hizo a la mar para comenzar 41.200 kilómetros que lo llevará a dar la vuelta al mundo. Además de cumplir un ansiado sueño, la aventura le permitirá sensibilizar al público y captar fondos para la campaña de Rotary End Polio Now (Pongamos Fin a la Polio). A la conclusión de su viaje, Kim espera recaudar US$ 200.000.
El rotario ya se encuentra en la segunda mitad de un viaje de ocho meses de duración. Al 23 de marzo, Kim ya había atravesado el Atlántico Sur y se encontraba en la mitad del Océano Índico de camino hacia Australia Occidental.
«Quiero despertar en el público el deseo de contribuir a un futuro mejor», afirma Kim, quien eligió el lema Navegar con esperanza para su aventura. «Sigo el ejemplo de Rotary con su campaña contra la polio. Mi viaje servirá para divulgar la causa e informar al público de lo cerca que estamos de alcanzar nuestro objetivo».
Para difundir este mensaje, el Arapani muestra en su vela el logo de la campaña End Polio Now. Kim espera que las personas que vean el logo sientan curiosidad y busquen información sobre la polio.
«El éxito de nuestra actividad de captación de fondos depende de la publicidad que recibamos», explica Kim. «Cuanto mayor sea el número de personas que consigamos atraer [al finalizar su aventura], más contribuciones recibiremos para dedicarlas a la lucha contra la polio».
Si bien Kim mantiene contacto telefónico diario con su equipo de apoyo, al que pertenecen varios rotarios coreanos, él admite que la soledad es una de las mayores dificultadas a las que ha tenido que enfrentarse durante la aventura. «El momento más complicado del viaje fue cuando comprendí que me encontraba completamente solo en mitad del océano. En ese momento me invadió un sentimiento de profunda soledad».
Kim, quien espera estar de vuelta en Corea a finales de mayo, habrá cruzado para entonces los océanos Pacífico, Antártico, Atlántico e Índico.
Él explica que lo que más desea hacer a su vuelta es disfrutar de una comida casera y pasar tiempo con su familia. Sin embargo, al mismo tiempo desea volver a hacerse a la mar. «Quiero hacer esto de nuevo, explica «pero esta vez con jóvenes marinos deseosos de dar la vuelta al mundo».
El viaje de Kim está patrocinado por 18 distritos coreanos. El día de su partida, muchos rotarios se congregaron en el puerto deportivo para despedirle con poemas y palabras de ánimo. «Les estoy enormemente agradecido por el apoyo que me han demostrado. Ellos son una importantísima fuente de inspiración», señala Kim.
Sun-Hyung Cho, gobernador del Distrito 3620 e integrante del grupo de apoyo a Kim, explica que los rotarios del distrito siguen atentamente el progreso del viaje.
«Estamos muy orgullosos de su aventura», concluye Cho. «Es un proyecto importante para Rotary porque el mensaje de Kim convencerá a otros rotarios para que se involucren más profundamente en la campaña contra la polio. Estoy convencido de que las actitudes positivas obtienen respuestas positivas, y la determinación de Kim ha servido para atraer seguidores a nuestra causa».
Para contribuir al viaje de Kim, comunícate con la oficina regional de Rotary International en Corea
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