
Cuando de Rotary se trata, Mitty Chang es todo un veterano, a pesar de sus escasos 26 años. Chang se unió a Interact hace 10 años en Fremont, California, donde casi una cuarta parte de los 2.000 alumnos de su escuela secundaria eran interactianos. Ha organizado, además, dos clubes Rotaract. Ahora ya un hombre de negocios, Mitty ayuda a pequeñas empresas y organizaciones sin fines de lucro a establecer su identidad y marca en línea y marca, y piensa unirse a Rotary en un futuro cercano. «Espero que tenga una larga vida en Rotary», comenta. Tuvimos la oportunidad de conversar con Chang en la Convención de Rotary de 2014 en Sídney, sobre lo que significa para él ser un miembro de la familia de Rotary.
THE ROTARIAN: ¿Qué es lo que te ha mantenido involucrado en Rotary?
CHANG: Me afilié al club Interact para estar con mis amigos. Pero me quedé por esa sensación cálida que te depara el servicio voluntario. Durante los últimos años, mi pasión ha sido Rotaract. Le debo tanto a la familia de Rotary. La mayoría de mis mejores amigos son de Rotary, y conocí a mi novia en Rotaract. Dirijo una empresa de diseño web, y el 90 por ciento de mis clientes se derivan de algún contacto dentro de la familia de Rotary. Es increíble cómo Rotary está tan ligado a mi vida.
TR: En parte, Rotary se fundó con la idea de establecer contactos profesionales. ¿Crees que éste siga siendo el énfasis?
CHANG: He viajado por todo Estados Unidos y he hecho presentaciones en numerosos clubes rotarios, y en muchos de éstos es casi tabú hablar de tu propio negocio durante una reunión. Lo que he podido apreciar es que a los rotaractianos y rotarios más jóvenes, sí les interesa conectarse y crecer profesionalmente. Eso es algo que yo también busco.
TR: ¿Por qué crees que un joven profesional preferiría unirse a Rotaract en vez de Rotary?
CHANG: Primero que nada, mucho tiene que ver cuándo y cómo se reúne el club. Para un profesional joven reunirse antes de las 17:00 es casi imposible, ya que a esa edad es poco probable que tenga su propio negocio o sea gerente. Además, a los veintitantos, tu vida puede cambiar en un instante: podrías mudarte a otro sitio, ser ascendido, recibir un aumento de suelto, te pueden trasladar a otra ciudad o graduarte de la universidad. Por eso Rotaract es tan importante, somos rotarios en entrenamiento. Rotaract es la transición ideal a Rotary.
TR: ¿De qué manera te ha ayudado el liderazgo que desarrollaste en Rotaract en tu carrera?
CHANG: Yo diría que el 90 por ciento de mi capacidad para hablar en público se deriva de mi experiencia en Rotaract. Puesto que fui presidente de dos clubes, en variadas oportunidades tuve que hablar ante una nutrida concurrencia, y una vez que perfeccionas eso, superas todo. Me siento sumamente afortunado de haber sido invitado como orador a Institutos Rotarios de mi zona y conferencias de distrito.
TR: Ésta es tu séptima Convención. ¿Por qué sigues viniendo?
CHANG: Si tuviera que elegir un momento clave de mi vida en Rotary, yo diría que fue mi primera Convención, en el año 2007 en Salt Lake City. Nunca olvidaré la sesión plenaria de apertura. Fue genial ver cómo todos formamos parte de una sola familia. El motivo por el cual sigo asistiendo a la Convención es que cada año conozco a más amigos y a la vez puedo disfrutar de la compañía de mis buenas y viejas amistades. Aunque podría viajar por todo el mundo para hacerlo, con Rotary es diez veces mejor. Puedo entrar a un restaurante en pleno centro de Sídney, y entablar una conversación sin ningún problema con alguien que porte la insignia de Rotary.
Adaptado del artículo publicado en el número de marzo 2015 de The Rotarian